domingo, 27 de junio de 2010

Lo que nos une

Pues sí, ganó España.

2 a 1 frente a Chile.

En unos tiempos donde España se rompe a pedazos, donde los tiempos son dificíles para todos (o casi) los que vivimos en este país, donde cada autonomía tira y tensa la cuerda hacia su lado, hay algo que nos hace olvidar todo esto.





El fútbol... y la selección española.

Se la jugaba España en un último partido de infarto. Empezamos a hacer mal las cosas frente a Suiza y las enderezamos un poco contra Honduras. Pero ahora no había lugar para las dudas ni los temblores de piernas.

Los chilenos plantearon el encuentro como nos imaginábamos. Un equipo correoso, rápido, físicamente perfecto y tácticamente brillante. A España le costaba tener la pelota y los sudamericanos se plantaron un par de veces en nuestra portería pero marraron las ocasiones.

Pero llegó Villa. Y digo bien porque, a pesar del carrerón de Torres que provoca el mal despeje de Bravo, es inadmisible que el 9 del Liverpool sea hoy titular de la selección.

Siempre dije, cuando jugaba en el Atlético de Madrid, que estaba supervalorado y si realmente era tan bueno debería irse a un equipo que aspirara a cotas más altas para ver su verdadero nivel. Y vaya si lo ha demostrado... Es un jugador impresionante.

Pero no está físicamente. Será por su lesión. Pero no está y eso es jugar siempre con uno menos.

Aunque jugar con Villa, para mí, es jugar con uno y medio más. Parece que no está cuando no está. Pero siempre aparece. Y el gol de hoy no era fácil.

¡Qué le hablen a él del Jabulani!

Y casi sin darnos cuenta llega el segundo de Don Andrés y la expulsión por doble amarilla de Estrada. Y ahí empezamos a tocar hasta el descanso.

Después vimos una segunda parte con un tempranero gol de los chilenos ayudados por Piqué pero poco más. Chile ni pudo ni quiso, ya que el resultado de éste y el otro partido del grupo la clasificaban.

Ahora, en octavos, contra la eterna promesa. La Portugal de Cristiano, Meireles, Deco y compañía. Aunque la eterna promesa nos echó de la última Eurocopa por 0 a 1.

En fin, además del triunfo y el pase, me quedo con lo bueno que siempre nos trae la selección nacional. Sentimiento de unidad, camisetas y banderas por la calle, jugadores hechos una piña para defender a un país.

¡Qué ya está bien de complejos!

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