lunes, 16 de agosto de 2010

Supercopa, Luis Fabiano y, sobre todo, la previa de Champions

Después de un puente de retiro -que no me impidió asistir al primer encuentro del Grande del sur de España- para desconectar y alejarme de "la caló", se me acumulan muchas cosas en la agenda de nuestro equipo como para expresarlo todo en un post. Aún así lo intentaré.

Vayamos por partes.

Se presentaba el partido de la Supercopa bastante despreciado por esos informadores de nuestra ciudad que se dedicaban a llenar páginas de prensa y horas de radio sobre el archiconocido tema de Luis Fabiano. Pero como yo lo que quiero es centrarme en lo que le ocurre a mi club, voy a empezar por el partido del sábado.

Empezábamos con una alineación inicial que se parecía mucho al equipo tipo del entrenador anterior. Nada nuevo sobre el campo que no fuera la incorporación de Dabo (correcto partido el suyo) en el lateral izquierdo.

Trivote en el medio del campo para maniatar a un Barça con cinco canteranos que empezó el partido maniatándonos a nosotros.

Romaric y Zokora con Renato adelantado para enlazar con Luis Fabiano. Lo mismo de siempre y sin funcionar, como siempre. El Barça tocaba y tocaba -en nada se notaba que jugaran futbolistas del filial- y nosotros corriendo detrás de la pelota.

Aunque es justo decir que Romaric luchó y se ofreció siempre al compañero, la cosa no funcionaba.

El Barcelona tenía la posesión pero solo llegó dos veces con claridad a las cercanías de Palop. Una ocasión de Bojan que repelió el portero y la otra, gol de Ibrahimovic tras pase de Maxwell.

25 minutos quedaban de tiempo para el descanso tras el gol y no se vio reacción ninguna en el equipo.

Pero llegó el descanso y se movió la pizarra. Algo que se debió hacer al inicio del partido. Pero es muy fácil hablar a toro pasado.

Salió Cigarini por Romaric y se notó. Vaya si se notó. Pases rápidos, movilidad, colocación,... Es pronto pero me quedo con las buenas sensaciones que me dejó y como cambió el rumbo del partido con él.

Pues fue Cigarini el que abrió el encuentro. Pase que solo vio él y gol de nuestro 10 brasileño. Con esto el equipo se metió en el partido y quería más. Entonces entró Negredo -buenísima actitud la suya- y nuestro gigante de oro. Dos jugadas para enmarcar en la elaboración y el franco-malí se limitó a empujarla (aunque no eran sencillas). Pero me quedo con el trabajo de equipo que hizo Kanouté y que lo convierte en fun-da-men-tal en este Sevilla.

3-1 y a pensar en Braga.

Que eso es lo realmente importante.

Espero que en el partido del miércoles no tiremos a la basura 45 minutos porque entonces vamos aviados. El Sporting de Braga tendrá hambre, está más rodado y, aunque el Barça siempre es el Barça, no pondrán a cinco chavales del filial.

Confío plenamente en la mentalización de Álvarez a los jugadores y en la propia motivación e implicación de los futbolistas.

Para el final dejo la situación que -¿ya nos suena verdad?- estamos viviendo con el fantasma de la salida de Luis Fabiano.

Primero, creo que el club hace bien en pedir lo que vale el delantero centro de Brasil. Y con José María Del Nido, precisamente, no es fácil negociar y salir de rositas.

Segundo, estoy un poquito harto de las pataletas del jugador: ahora estoy triste, ahora estoy feliz, ahora quiero cambiar de aires, ahora quiero quedarme... Ya sé que todos los jugadores son iguales pero esta situación, y con este jugador, ya la hemos vivido demasiadas veces.

Tercero, estoy más harto todavía del representante del jugador. José Fuentes vive (de lujo) de los movimientos de su representado y, por tanto, se muere porque éste fiche por otro club.

Ya veremos que pasa. El miércoles seguro que tenemos otro episodio.

Pero sobre todo, el partido de Portugal.