martes, 6 de julio de 2010

De vuelta y repasando cosas del mundial

Bueno, pues se desarrolló la jornada de cuartos de final y hubo sorpresas, y gordas.

Vayamos por orden.

Holanda-Brasil (2-1).

Es inconcebible que una selección como Brasil, después de haber manejado en una primera parte a Holanda como a un pelele y pudiéndose ir con un 3-0 al descanso, se desmorone como lo hizo tras el empate de Sneijder y fallo de Julio César. Está claro que Brasil (igual que España, cuidado) no sabe jugar con el resultado adverso. Ellos funcionan con el jogo bonito cuando ya van 3-0 en el marcador. Pero eso no pasó y empezaron los nervios en una defensa de altísimo nivel. Juan, Lucio y Michel Bastos parecían juveniles.

Y los holandeses se metían en el partido.

Quiero resaltar, aunque el hombre del partido designado fue el autor de los dos goles, el papel de Robben.

No es el jugador de mis amores. Es frágil y me parece previsible (un zurdo cerrado que siempre se coloca a la derecha para recortar hacia el interior y hacer la diagonal hasta que tira a puerta) pero volvió loca a la defensa brasileña. Provocó la amarilla de Bastos y Dunga tuvo que quitarlo para que no fuera expulsado. Hizo lo que quiso con Juan. Y provocó la expulsión de Felipe Melo (vaya papelón el suyo) y la pérdida de papeles de Robinho.

Para mí fue clave en la remontada holandesa que pudo acabar goleando a la pentacampeona del mundo.

Uruguay-Ghana (1(4)-1(2)).

Un partido que no vi y del que solo puedo resaltar pinceladas.

Primero, el inesperado trallazo de Muntari (gracias al desastre de balón que nos gobierna) que se comió Muslera.

Segundo, el chicharro de Forlán (otro) y que se traga también Kingson.

Tercero, la oportunidad perdida de Ghana de meterse en las semifinales de un mundial al fallar Gyan un penalti en el minuto 121.

Cuarto, la expulsión de Luis Suárez (ojito, que no juega semifinales) que provocó el penalti fallado y que acabó por beneficiar a la selección charrúa.

Quinto, ¡qué pena que se haya quedado África sin representación!

Sexto, hay que estar muy loco (Abreu) para tirar un penalti a lo Panenka y meter a tu selección en semifinales de un mundial 40 años después. ¡Bendita locura!

Argentina-Alemania (0-4).

¡Gracias, Dios, por el fútbol!

Alemania se adelantó muy pronto con gol de Müller (menos mal que no juega contra España) y entraba como cuchillo en mantequilla (esto siempre me pareció una cursilería) durante la primera media hora.

Pero se durmió un poco Alemania y se despertó Argentina. Y esto siguió así hasta el minuto 67 que marcó Klose el 2-0.

Bajaba los brazos Argentina y los germanos mataban a la contra. Llegaron los goles de Friedrich y, otra vez, Klose para cerrar un partido que tenía pinta de ser muy disputado y que se decantó pronto por el gol tempranero del joven delantero del Bayern.

Maradona pa' casa. Seleccionador de chiste con defensa de chiste. Se han mantenido vivos por la extraordinaria pegada que tienen arriba.

Lo único bueno de Diego ha sido la batalla con la prensa (ahora sí que lo pondrán a caldo, y con motivo) pero empezó a perder los papeles cuando comenzó a arremeter contra todo lo que se movía, incluido los alemanes.

Lo dicho, pa' casa.

Paraguay-España (0-1).

Puff.

Demasiadas dificultades para ganarle a un equipo que aparentemente no tenía nada.

Lo malo, muchas cosas.

Fernando Torres sigue siendo alineado de titular injustamente.
La selección no es la misma de la Eurocopa y la clasificación para el mundial.
Xavi no es ni la mitad de lo que es.
La especie de apartheid que sufren jugadores como Cesc, Pedro, Silva, Mata o, por supuesto, Navas (ya hablaré de la mutilación perpetrada por la prensa capitalina con el duende de Los Palacios).

Lo bueno, otras tantas.

Villa está que se sale.
Iniesta cada vez está mejor.
Estamos en semifinales.
Alemania nos dejará jugar un poco más que Suiza, Chile, Honduras o Paraguay.

Veremos que pasa.

Hoy sale un finalista y yo lanzo mi impresión...